Ser mujer y mamá generación X

 

Muchas de ustedes quizás compartan conmigo esta generación y franja etaria que nos ubica y distingue como mamás de la generación X.

Quizás se pregunten ¿qué es la generación x?

Sabrán que se han nombrado y caracterizado a las diferentes generaciones sociales y culturales en este mundo occidental, marcadas por ciertas influencias propias de su época influenciando su crecimiento y desarrollo y brindando características propias.

La generación x somos todos aquellos que hoy rondamos los 40 años y que hemos crecido en un momento vertiginoso de desarrollo tecnológico, con influencias tanto de la “era” mecánica industrializada como de las nuevas tecnologías electrónicas y digitales.

Debido al momento que nos constituyó como personas hemos adquirido características propias que nos marcan el actuar como personas, como mujeres, como madres, etc.

Quiero aquí compartir con ustedes algo que ya he escrito oportunamente en mi libro “Cuarentonas en cuarentenas… ahora también con corona. Como sobrevivir a los 40 y no morir en el intento” disponible en Amazon

 

“Nos dicen que nacimos en una época de grandes cambios, que aprendimos a vivir con ellos, pero que también podríamos vivir sin ellos.

Y aquí volvemos a los sentimientos, es inevitable sentirse orgullosos ¿no es así? Hemos aquí valorando todo lo que nos caracteriza positivamente.

 

Ahora bien con cualidades no tan positivas nos han nombrado como la generación perdida o generación de la apatía, también mencionado como generación “Peter Pan”, afectados por la cultura consumista, la manipulación política, la caída del muro de Berlín, el fin de la Guerra Fría y la aparición del SIDA entre otros.

Pues bien, detengámonos en cada uno de estos puntos no tan positivos, para ver que sentimientos despiertan. Yo diría respecto de lo de “generación perdida”, ¿Quién no se ha perdido alguna vez? Lo importante es poder encontrarse, sin sentir culpa y hasta riéndose de uno mismo… creo que la mayoría lo hemos logrado.

En cuanto a “generación de la apatía” siento que es positivo ser apático en algunas ocasiones para lograr diferenciar lo que realmente nos entusiasma o importa, sería hasta trágico sentir entusiasmo por muchas cosas o lo que es peor por la vida en sí, no nos entusiasma vivir cada día en cada instante. El condimento real de la vida es encontrar entre muchas cosas aquellas únicas que merecen la pena para seguir levantándose por las mañanas.

Ahora es el momento de mi definición favorita, generación “Peter Pan”. ¿Quién de ustedes no sueña con pasar el día en una juguetería, subir a una montaña rusa o tomarse un helado gigante, mirar películas de Disney comiendo pochoclos y caramelos, quizás deslizarse en trineo (o mejor sin trineo) por una colina de nieve o rodar por médanos de arena, jugar una carrera de embolsados con algún niño, jugar a dígalo con mímica, correr detrás de una pelota o un barrilete? No somos adultos hipócritas, creemos y vivimos según el dicho popular: todos llevamos al niño que fuimos en un rincón del corazón y tenemos la capacidad de vivir como niños sin dejar de ser adultos, en mí esto también genera un sentimiento de orgullo.

El mundo consumista y de la manipulación política nos enseñaron a ser más reflexivos y cautos y es algo con lo cual tenemos que seguir conviviendo todos. Por último, la caída del Muro y el final de la Guerra Fría me llena de emociones, me envuelve la música de Pink Floyd y el sentimiento de compromiso social y la empatía para con los más desprotegidos, que orgullo sentir así.

La cuestión de género fue de gran trascendencia también, fundamentalmente para nosotras mujeres. El rol de la mujer y el concepto de femineidad ha mutado y trasmutado junto con nosotras, posibilitándonos inventarnos y reinventarnos constantemente desde la valoración y la iniciativa.

Nacimos con parámetros sociales donde hasta la homosexualidad era cosa de hombres. Con padres patriarcales y en su defecto si ellos no estaban presentes, muchas madres que sostuvieron el mismo patriarcado. Empachadas de convencionalismos sociales que no servían para nada pero que igual había que sostenerlos y cumplirlos. ¿Cómo no ser apáticos?

Tras buscar arduamente la sal de la vida, el motor del día a día, cada cual logro encontrarlo cincelando personalidades y vidas únicas y lo más importante propias sin estereotipos, sin convencionalismos.

Y creo que quienes mas demoraron en romper con los estereotipos y convencionalismos, fueron los que mas demoraron en encontrar la felicidad, la felicidad del hoy… la de ayer ya no importa y la de mañana…. ¿Quien sabrá si habrá mañana?

 

Algunos ejemplos reales de mujeres felices a los 40:

Aquella que no tiene pareja y tampoco le interesa demasiado, porque aprendió a disfrutar de los momentos a solas consigo misma, y que tampoco le teme criar a un hijo sola, a su modo, con sus reglas.

Aquella que convive con alguien desde hace años pero no piensa en convenciones sociales porque ya las vivió y no resulto, luego de un matrimonio formal, riguroso y rutinario.

Aquella que descubrió después de varias parejas heterosexuales que su amor verdadero comparte hasta su mismo sexo y que la sexualidad es otra cosa, que la intimidad es suya y de nadie mas y que por lo tanto, las opiniones de los demás no cuentan para nada.

Aquella que descubrió que no hay nada mas placentero que arreglarse para sí misma, generando una moda propia y que refleje su ser mas profundo.

Aquella que disfruta seguir siendo niña, junto a sus niños o los niños de otros, sabiendo que los gustos no cambian con los años. Comer una paleta, tomarse un helado de palito, encontrar una tirolesa en unas vacaciones y animarse, correr bajo la lluvia en un día de verano y tantas cosas más que amó desde pequeña.

Aquella que elige quedarse en pijama y pantuflas todo el fin de semana mirando series con un submarino y unos churros de desayuno.

Aquella que tuvo el deseo de tener hijos y la fortuna de concretarlo. Aprovechando la oportunidad de mantener con ellos conversaciones delirantes y alocadas, compartiendo recuerdos y risas.

Aquella que ama su trabajo y que no se siente mas cómoda y viva en ninguna otra parte del mundo, aunque muchos crean que esta loca.

Aquella que disfruta de charlas con amigas, sabiendo que conocen todos sus secretos, incluso los mas vergonzosos, que podrán decir cosas terribles pero que para ellas esta todo permitido porque lo hacen con amor sincero y con la certeza de acompañarnos siempre.

Aquella que come esa comida única que preparaba aquel antepasado adorado, una abuela una tía, un abuelo quizás, y que al saborearlo revive los sentimientos mas hermosos llenos de recuerdos de infancia.

En síntesis, siempre es una cuestión de sentimientos y si hablamos de sentimientos y momentos ínfimos pero únicos que posibiliten un instante de felicidad, yo me siento orgullosa de ser generación X

Y hasta nos ha tocado el cambio de paradigma del concepto de femenino y masculino. Como dirían nuestras abuelas: ¡¡¡las mujeres ya no son femeninas y mucho menos elegantes!!!

¿Qué? ¿Cómo?

¿Como se es femenina? deberíamos preguntarnos

Y a los hombres ¿que les toca en este pastel? ¿quizás ya no sean masculinos?

Yo creo que es todo esto y mas, si pensamos en nuestro día a día algunos hombres consumen a veces mas productos de belleza que algunas mujeres y algunas mujeres están mas capacitadas para realizar algunas tareas “pesadas” que antiguamente solo les correspondían a los hombres.

¿Será quizás que fuimos la primera generación de niños que creció sin tanta presión social?

¿Será quizás que nos permitimos no repetir o no encajar en aquellos modelos preestablecidos?  

Las niñas pudimos jugar con pelotas y autitos, los niños pudieron usar la ropa de mamá y las muñecas de la hermana y en el fondo pudimos comprender que si nos gusta el rosa o el celeste no es algo que defina nada, mucho menos la sexualidad, es un aspecto del “ser”, una forma de definir nuestros gustos.

En esta esencia de flexibilidad es muy difícil definir algo y definirse, si ustedes me preguntaran a mí, por ejemplo, como me defino me definiría desde mi esencia como persona muy lejos de lo femenino o masculino y les podría asegurar que en algunas ocasiones soy femenina y en otras masculina, que en mi casa y para mis hijos hay matriarcado y patriarcado.

Y pensándolo profundamente lo que mejor me define es la democracia, porque afortunadamente solo recuerdo vivir en democracia… ¿no les parece maravilloso poder definirse desde allí? Democracia como respeto del pensamiento y creencia del otro, aunque no siempre este de acuerdo con el.

En este presente que me toca vivir a veces me apena sentir que se esta perdiendo este sentido de respeto democrático, no hay nada mas maravilloso que vivir sin barreras, sin reduccionismos.

¿Qué importa si sos feminista o sos machista? ¿Si sos femenina o masculina? Lo importante es ser como yo elijo (o puedo, porque no me sale de otra manera) SER y respetar al otro en su SER, permitiéndolo sin prejuicios propios o heredados.”

 

 

 

Con todo esto que les voy contando de mis reflexiones y pensamientos, puedo compartir el plus de ser mamá con estas convicciones. 

Las mamás generación x podremos transmitirles a nuestros hijos algunas de las vivencias, pero sobre todo debemos transmitirles el orgullo de “sentir”. Que ellos sepan bien que esta buenísimo sentirnos democráticos y respetuosos, poder expresar y debatir en paz y sin recelos. 

Las mamás generación x estamos enseñando con nuestro actuar a librarse de convenciones y prejuicios, anteponiendo el “SER” y valorando los sentimientos placenteros propios en armonía con los demás y todo lo que nos rodea.

No hay mejor enseñanza que el ejemplo que damos a nuestros hijos, los hechos perduran... las palabras se las lleva el viento.

Si nosotros jugamos con ellos, los respetamos, los valoramos, los cuidamos y vivimos en paz y armonía con el universo… ellos seguramente seguirán el mismo camino…

Con convicción les digo: ese es el único camino a la felicidad.

Yo creo profundamente que de algún modo los estamos guiando a ser felices, y eso es mucho mas que palabras.

Gracias por acompañarme en estas reflexiones, los invito a que lo sigan haciendo.

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