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Me gustaría repensar junto a ustedes la importancia del rol del adulto. Lo que hacemos, más que lo que decimos ejerce una enorme influencia en nuestros niños y adolescentes.
Ojo que hablo de enseñanzas y aprendizajes de la vida, mas allá de lo pedagógico o educativo. También me refiero a todos los adultos significativos en las vidas de nuestros pequeños, no solamente los padres, pueden ser parientes cercanos como abuelos, tíos, o profesores, maestros y educadores.
"Enseñamos y aprendemos cada día de
nuestras vidas. Mi padre solía decir: “Cada día aprendemos algo nuevo, hasta en
el día de nuestra muerte, ese día aprendemos a morir”. (...)
Desde un principio la humanidad
“educa”. Educa desde su raíz humana y desde su raíz animal. Los animales
también educan a sus crías, en una educación primitiva, como se inicio con el
hombre en sus mas lejanos albores.
Los hombres primitivos educaban a sus
hijos en función de sus necesidades y urgencias, educaban para la vida y la
muerte.
(...)Somos nosotros los responsables de que el aprendizaje suceda. Pero ¿que queremos que ellos aprendan? ¿Para qué? ¿Por que?
(...) Yo suelo decir a mis alumnos: “quiero que aprendan a pensar”. Ese es el motor de todo cambio, el pensamiento crítico y reflexivo, en mi caso es el objetivo que me propongo en cada acto de enseñanza, es mi responsabilidad el lograr que así suceda, para ello implementaré todo lo que sea necesario para atraer a mis alumnos, transmitir mi deseo y dar sentido al conocimiento para que lo sientan útil, cercano pero también lejano y desafiante, “digno” de ser deseado y aprehendido.
Yo me pregunto ¿educamos a las nuevas
generaciones en función de las necesidades que les planteará el mundo actual y
futuro? ¿educamos para la vida (plena)? ¿educamos para la muerte?
(...)Hace falta recorrer un largo camino para acompañar el mundo de hoy y aún mas el del mañana, que es el mundo en que vivirán nuestros niños y para el cual debemos educarlos y prepararlos."
Fragmento de mi libro "Prácticas para la alfabetización con mirada psicopedagógica: Fundamentos teóricos" nº 1 de la serie Aprender con rimas es más fácil.
Volviendo a la necesidad de "mostrar" y dar el ejemplo como adultos, coincidirán conmigo que muchas veces les pedimos a nuestros niños que no griten, por ejemplo, cuando están enojados, pero si lo pensamos sinceramente, no hacen más que imitar conductas nuestras.
Muchos de nosotros decimos una cosa pero hacemos otra. Ellos aprenden mucho más "viendo" que escuchando.
El aprendizaje involucra todos los aspectos personales. De gran importancia son los sentimientos asociados a las vivencias.
Debemos ser muy cuidadosos con lo que hacemos, no solo con lo que decimos.
Cuando pasen los años, si somos padres, descubriremos que se parecen mucho a nosotros, con gestos, actitudes y otras tantas cosas.
Si somos docentes, seguramente hemos dejado alguna huella en ellos.
Asumiendo nuestra imperfección, estemos seguros que también copian y reproducen nuestras imperfecciones.
¡Debemos ser muy conscientes de nuestra enorme responsabilidad y cuidadosos en nuestros actos!
ELLOS NOS ESTÁN MIRANDO SIEMPRE
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